18/1/20

reconozco este lugar y su ritmo atemporal de lo que transcurre sin prisa, intensamente, rompiendo el límite hasta ahora imposible, con tanta lucidez.
se termina un tiempo santo;
de viajes remando corazones apagados,
confusiones treintadolescentes,
amores ene correspondidos,
amorfidades compulsivas,
gigantezcas negaciones,
evasiones,
desiluciones,
predicaciones,
reconciliaciones.
vuelta a la serpiente
estaba al pie de la montaña
tan alto iban esas araucarias
tan infinitas y santas
detenidas arborescentes
yo mirando mis manos llenas de barro
llenas de vida



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